Rocamadour, Francia



Rocamadour se encuentra al este de la ciudad de Burdeos y al norte de la ciudad de Montauban. Forma parte de un valle abierto en la montaña calcárea del Causse por el río Alzou.
Su nombre viene de las reliquias de San Amador cuyo cuerpo, presuntamente incorrupto, fue encontrado por monjes Benedictinos en el interior del santuario mariano, en el año 1162.

Este poblado, debido a la gran belleza de su situación, la hace apta para los artistas y arqueólogos; pero su reputación proviene especialmente del célebre santuario de la Virgen Negra, que durante siglos ha atraído peregrinos de todos los países, entre ellos reyes, obispos, y nobles.
Reyes como Luis IX de Francia, Enrique II de Inglaterra y Alfonso III de Portugal, o predicadores como Domingo de Guzmán o Antonio de Padua, han subido la gran escalera.

La ciudad también da su nombre al queso de leche con denominación de origen, desde el año 1996, el cual se elabora con un cierto tipo de cabra.




















La leyenda difundida por los benedictinos cuenta que San Amador era un ermitaño que vivía por allí. Otra leyenda más espectacular apareció a finales de la Edad Media, diciendo que Zaqueo, llegó con su familia a estos parajes, después de la muerte de Cristo. Allí tomó el nombre falso de Amator. Una vez instalado, fundó un pequeño oratorio en una roca que más tarde sería llamada Roche d’Amadour (Roca de Amador, Rocamador).
Rocamadour cuenta con una larga tradición de peregrinación a la Virgen María bajo forma de una Virgen Negra con un cuerpo recubierto de plata.


El peregrinaje consitía en subir de rodillas los 216 peldaños de la escalera que conduce a la ciudad religiosa (comprendida por 7 iglesias, más 12 que las restauraciones del siglo XIX no pudieron mantener). Finalmente, después de esta ascensión, los peregrinos entraban en los santuarios, y regalaban varios objetos en ofrecimiento. Los objetos más conocidos son los hierros de varios condenados liberados de sus cadenas, los barcos de marineros salvados y agradecidos, o las placas de mármol grabadas y enganchadas al muro de la capilla en los Siglos XIX y XX.


Además de las reliquias del cuerpo de Amadour, el éxito del lugar vino dado por los milagros de la Virgen Negra. Su popularidad era conocida en España y en Portugal por muchas capillas o cofradías. Por ejemplo, la iglesia de Sanguësa tiene aún una estatua de Santa Maria de Rocamador. Una milagrosa campana señalaba, por su tintineo, el salvamiento de marineros en el mar. Este reconocimiento del mundo de los marineros valió a Nuestra Señora de Rocamadour el ser venerada en varias capillas como Finisterra o Quebec.

A finales de la Edad Media, la iglesia fomentó este peregrinaje para la adjudicación a perpetuidad de indulgencias plenarias a las personas que recibieran los sacramentos de la penitencia y de la comunión en Rocamadour.
Los edificios de Rocamadour crecen hacia arriba en el lado de un acantilado, a la derecha del río Alzou, que corre en este lugar entre paredes rocosas de hasta 120 metros de altura. Por varios niveles se accede desde la zona más baja de la ciudad hasta las iglesias, siguiendo un camino que pasa por edificios que se adentran en el acantilado.

En la cima del acantilado romano, no se encuentra el castillo construido en la edad media para defender a los santuarios, sino una pared fortificada del siglo XIV y un castillo construido en el siglo XIX, con un campanario del siglo siguiente.

La localidad está catalogada como un Grand site national de Francia.

RECUERDOS
Las calles, los bosques, los restaurantes, los peregrinos, el hotel...
Imágenes de sus respectivos dueños


Comentarios

  1. Muy interesante, este es uno de los lugares que uno no puede dejar de visita. Voy a seguir recopilando datos sobre Rocanadour, para preparme una escapadita.
    Enhorabuena por tu Blog y sigue viajando.
    Un saludo

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  2. si, realmente es un sitio que merece la pena :)
    espero que te guste!

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